COMENTARIO
AL ABSURDO CELIBATO FORZOSO DEL CLERO.
-Lo normal es el matrimonio entre un hombre y una
mujer. Como Pedro, los apóstoles y sus sucesores eran casados. El celibato
obligatorio no es un precepto del Evangelio, es una anómala variable macroeconómica
de la Santa Sede
con el propósito de enriquecerse todavía más. Un clero sin herederos es lo más
saludable para el monedero del insaciable Vaticano. Encadenar el celibato al
sacerdocio es herético y cruel.
-Por inspiración divina, la iglesia primitiva
aborrecía el celibato eterno de los pastores, como norma general.
-Como la mayoría de los papas y monseñores, San
Agustín fornicó como loco hasta el fin, con sus concubinas y queridas. La
castidad en el clero es un fantasma que nadie ve. La hipocresía sublime es la
opción más rentable, a pesar del sufrimiento emocional y síquico de los
clérigos. El tipo de pureza sexual requerida es irrealizable, anormal.
-Toda esposa cristiana es un apoyo para el
ministerio de los predicadores. “No es bueno que el hombre esté solo”. Un
seminarista sí se puede enamorar santamente. El sexo es santo dentro del
matrimonio y debe ser fuente de placer. La suavidad de una mujer es
integralmente beneficiosa y asesina esa escalofriante soledad.
-A veces la distancia entre la moral extrema
absurda y la degeneración hay dos pasos.
-Desestimándolo por ser un mandamiento humano,
muchos sacerdotes tienen una concubina y/o aventuras eróticas encubiertas.
-El celibato en sí también es un refugio de
homosexuales.
-Un cura eternamente soltero es una mano de obra
barata sin herederos, con tres votos (pobreza, castidad y obediencia) que lo
convierten en un vasallo magnífico.
-Algunos honestos no soportan el copular antes o
después de la Eucaristía. Prefieren
renunciar y no trastornarse con la farsa refinada por el Derecho Canónico y
otras beldades. Un cónyuge no altera la vocación funcionaria.
-El futuro de un reprimido sexual es impredecible.
-El apóstol Pedro y miles de eficientes siervos de
Dios eran casados y no tenían el corazón dividido.
-El obispo debe ser marido de una sola mujer y
ejemplo moral (1 Timoteo 3:2-5).
-Juran castidad a los cuatro vientos como parte el
guión de una comedia sacra.
-Por ser irresistibles, las mujeres serían el
demonio mismo.
-La mujer no será esposa de un sacerdote ni
sacerdote. Concubina de contrabando o monja gratis de la limpieza u otros
quehaceres similares, siempre con un perfil de galeote.
-Para que funcione canónicamente bien, la castidad
clerical debe ser una actuación teatral pulcra.
-Un cuello clerical obsceno calla todas las
obscenidades y vicios de sus colegas.
-Históricamente, las esposas de sacerdotes u
otros, que intentaron rasguñar el patrimonio de la Madre Iglesia , digirieron
afrentas innombrables.
-Para el Romano Pontífice los hijos de los
sacerdotes siempre han sido parias. No hay asignaciones familiares ni
reconocimientos ni nada. Los obispos no asisten a los cumpleaños de los hijos,
siempre ilegítimos, de los párrocos. Los sermones no incluyen el tema de los
niños abandonados.
-Un cura sin un desahogo sexual tradicional o
innovador es imposible.
-Son tantos los homosexuales en le clero, que
ninguna cifra es confiable.
-Aquellos eclesiásticos involucrados en algún
aborto, por conservar su carrera, no son aplastados como cucarachas por el
arzobispo. El cardenal siempre es prudente con las infinitas y disímiles
fechorías de los varones participantes.
-Es preferible un hijo abandonado a tener que usar
preservativos.
-El fariseísmo sexual ha mantenido viva la llama
de la fe. Están los que tienen una pareja y los que la tuvieron, ya sea casual,
esporádica o permanente.
-El celibato romano es el teatro del absurdo
laureado, por eso las interminables toneladas de encubrimientos de
inmoralidades y desvaríos.
-Algunos reprimidos se transforman en fornicarios
rabiosos, monomaniacos.
-El celibato equivale a diez latigazos diarios,
incluidos los feriados.
-El diocesano es el que más se alarma, porque ve
bautizadas con minifalda todos los días, y algunas son ardorosas y sugerentes,
terminada la santa misa.
-Ningún fruto apostólico calma los devastadores
gritos de los testículos, desde la azotea.
-Cristo no pedía votos de castidad y sí llamó al
ministerio a hombres casados. El cristianismo de Cristo es normal, sano.
-Los sacerdotes se comportan como ángeles, pero
del otro bando, y se excitan con algunas confesiones y absoluciones. Las
visiones sexuales sacras son irreproducibles. Algunas siluetas femeninas los
ponen de rodillas.
-Por diferentes razones, muchos están obligados a
aguantar la bufonada.
-La sociedad de hoy es más tolerante y no se
enfada con el coito eclesiástico de bajo perfil, entre adultos. Las viudas
alegres también son apetecibles y enviar al cuerno la castidad es muy
placentero.
-Como las vocaciones están disminuyendo, casi
cualquier joven cachondo ingresa al seminario, si es medianamente disciplinado.
-Por falta de coraje, nadie ha reconocido
públicamente el gran servicio que las barraganas le han prestado a la Madre Iglesia a través de los
siglos. De lo contrario, el sacerdocio habría sido un empleo insostenible.
-Cuando es el fraile el aproblemado, el
involucrado, el aborto es válido.
-Dudar de las heréticas imposiciones de la
Santa Sede es un acto de fe, de valor.
-El Evangelio de Jesús autoriza el matrimonio de
los pastores, y éstos, nunca son de segunda categoría (1 Corintios 9:5).
-Un trabajador eternamente soltero es mucho más
barato, dócil y acrítico, y convierte al Vaticano en el negrero glorioso.
-Algunos, fuera de la Madre Iglesia serían unos vagabundos,
adentro, son unos ineptos tensos. La castidad siempre vive sobre la cuerda
floja, con la vista vendada y sin mallas de protección.
-Los curas y monseñores, que se suponen puros,
caminan por las calles con alas, una aureola y sin tocar el suelo.
-El sustituto del sexo de mala calidad son la
buena mesa y los otros placeres mundanos, como el de ser burgueses obstinados.
-El que más se mortifica es el que más aguanta. Y
el que más se aguanta sería el más santo. Un colaless podría derribarlo todo.
El mártir es la amargura inútil.
-Un zombie engominado es el célibe excelso.
-Esconden bajo siete llaves sus infinitos tesoros
y depravaciones sexuales.
-Un fornicario que jamás es sorprendido, es
talentosos, capaz.
-El sacerdote que se casa es elevado al estado
laical.
-Independiente de las claras sanciones del Derecho
Canónico, hoy ningún sacerdote es condenado por copular como malo de la cabeza.
La pista está libre y la champagne abierta. Al lujurioso compulsivo lo cambian
de ciudad y caso resuelto. El concubino es más risueño y más amable.
-Las ofensas a la castidad por parte de los
cardenales es más secreta que el lavado de dinero perenne del Vaticano.
-La política de la avestruz es lo mejor que hay en
lo que a sobrevivencia y rentabilidad se refiere.
-La Iglesia
Católica ha generado las condiciones para que los pedófilos
se desarrollen a cabalidad, con un encubrimiento descarado circunscrito. Es
complicado calcular bien los millones de abusos.
-Lo más estresante y demoledor es el pago de
indemnizaciones.
-El que encubre o esquiva fechorías con estilo y
distinción llegará a obispo.
-La intimidad del clero es una película de terror,
sin efectos especiales.
-Perder el amparo del obispo es la ruina.
-Con el cinismo pertinente, el alto porcentaje de clérigos
homosexuales se ha adaptado sin grandes dificultades en una Iglesia que los
critica duramente, sólo en el campo teórico. Y el que es astuto y rezador
asciende con rapidez.
-La mortificación corporal o tortura impía nada
soluciona, menos el sadomasoquismo u otras inclinaciones equivalentes. El
apetito sexual nunca se va, es un componente del ser.
-El padre predica pero no practica. No cree en lo
que predica ni ebrio y nunca practica con fidelidad lo que a otros les predica
con rigidez e intransigencia.
-La roca de la Iglesia es el secretismo. Ningún cura confiesa
todo lo que hace y el único pecado mortal es la indiscreción, el desatino.
-Hasta los más duros se excitan con las
confesiones sensuales de algunas damas particularmente ardientes. A veces, el
confesonario es un nido de pasiones libidinosas y la oportunidad de alguna
conquista amorosa o tocación. Las preguntas lujuriosas y estimulantes a la que
se confiesa son frecuentes.
-Los presbíteros son o han sido discípulos
fanáticos de Onán, y todos han sido sacrílegos en más de cien oportunidades.
-Por amor a la Madre Iglesia hay que proteger
a los depravados sin medir consecuencias. La ética es un estorbo.
-La moral objetiva sólo es aplicable de la puerta
del templo hacia fuera.
-El celibato forzoso incrementó notablemente las
riquezas de la Iglesia. Fue
el negocio insuperable del milenio.
Epístola a
los Efesios 5:5
“Porque
sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene
herencia en el reino de Cristo y de Dios.”
Fin
De la
antología “Las sotanas de Satán”